domingo, 5 de julio de 2009

¿Porqué seguir trabajando por la primera infancia?



La Lic. Elbia Castromonte C, responsable del programa de Hogares Educativos comparte con nosotros:
Hogares Educativos es un programa de la Asociación Taller de los Niños, que brinda cuidado diurno y atención integral a niños menores de 3 años, cuyas madres desempeñan un rol laboral, por ello es que capacitamos y asesoramos a otras madres de la comunidad para que asuman el cuidado de los niños y, aunque nosotros los profesionales (psicólogos, nutricionistas y enfermera) supervisamos la atención integral, son las madres capacitadas (llamadas Madres Educadoras) quienes pasan la mayor parte del día con estos pequeños y nos aseguran que esta atención los beneficie…
…Así llegó a nuestro programa el niño Eidan de 10 meses de edad, cuya madre debía trabajar y decidió contar con nuestro servicio; efectivamente aún no caminaba, tampoco gateaba, sólo señalaba o emitía un sonido cuando quería algo, así fue transcurriendo su permanencia en el `programa, lo hemos visto dar sus primeros pasos, comer con las manos e incluso enfadarse cuando no le daban lo que él quería, pero me preguntaba ¿Qué pasa con el desarrollo del lenguaje? Le preguntaba a la madre educadora y respondía” ya está hablando mejor, ya se le entiende un poco más”… Cierto día el grupo de niños donde estaba Eidan llegó al Taller de los Niños para sus sesiones de estimulación, fue realmente una sorpresa cuando la enfermera mostró la figura de un animal (gato) y el primero en responder “gato” fue Eidan, lo pronunció de una manera tan comprensible, la enfermera miró a la madre educadora y le preguntó: fue Eidan e inmediatamente, al recibir la confirmación, lo aplaudimos…
Aunque es cierto que al 1 año - 5 meses es esperable que un niño pronuncie este tipo de palabras, el hecho en sí se carga de emoción porque somos partícipes día a día del desarrollo de los niños, valorando cada pequeño logro, cada “gran esfuerzo” que estos pequeños realizan en un medio social en donde lamentable pasan inadvertidos.
Pero ello considero que esta anécdota responde a mi pregunta inicial ¿por qué trabajar para la primera infancia?

Porque tenemos el compromiso de identificar y valorar los grandes logros de los pequeños y así reconocer la singularidad de cada uno y afirmar su existencia.
Ahora bien, trabajar en comunidades como la nuestra (en San Juan de Lurigancho) me lleva necesariamente a encontrar una segunda respuesta; tan importante como la primera, pero centrada en nuestra realidad socioeconómica-cultural.
…Dayron, niño de 2años y medio, se comunica verbalmente de manera bastante comprensible; cierto día la madre educadora (quien asume el cuidado diurno mientras la madre del niño está trabajando) estaba realizando una actividad de estimulación; para ello, cogió una tiza para marcar un círculo en el suelo, sin embargo, en ese momento tuvo que atender a un niño y dejó la tiza en la mesa de los niños, entonces Dayron cogió la tiza (él estaba sentado) y se dirigió a mí “señorita mire” fue mi gran sorpresa al ver cómo un niño de 2 años y medio estaba haciendo el además con la tiza de: fumar un cigarrillo intentando cruzar las piernas y expulsando el humo; cuando le pregunté ¿qué haces Dayron? Me respondió, mi hermano fuma…
Entonces además de promover y valorar el desarrollo en la primera infancia; estamos comprometidos a identificar las situaciones de riesgo en las que se encuentran nuestros niños y niñas; y como nuestro espacio (Hogares Educativos) forma parte de la red de protección que debería estar articulada en nuestra sociedad; esto nos lleva indiscutiblemente a articular redes (familia, organizaciones de base, instituciones etc.) y garantizar la función protectora en la primera infancia.
Elbia L Castromonte C.

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